Boris Ignatiev no
piensa esperar.
Otros lo hicieron y
ahora no están,
los borraron, los
quitaron de en medio,
en aquella mañana de
invierno que nunca regresa.
Las manos heridas de
Boris Ignatiev
parecen las venas del
Neris.
Ha perdido su casa
intentando encontrar un hogar.
Viste traje y corbata y
su aspecto no es más que un disfraz.
Se disfraza de adulto,
se disfraza por dentro,
Boris Ignatiev no
quiere esperar.
Camina despacio,
saludando como en una
película muda
a una cámara que ya se
apagó.
Las farolas de Stotis
iluminan sus dientes horrendos
que sonríen sabiendo
que aún queda mucho que andar.
Es un niño nacido del
hielo,
un tubérculo al viento
que se niega a volar.
Es un muerto naciendo,
es el sol de este
invierno lunar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario